domingo, 12 de abril de 2009

La Cama

Mi anhelo reside en
lograr la mixtura entre las leyes universales
y la simpleza: de tiempo completo.
Un hombre manchado de sangre es un
buen cacho de historia, es eso injusto
que circula en nuestros pensamientos
incómodos, inexplicables y, por qué no,
sensatos.
Si es por preferencia, la sonrisa me pierde
dificulta la coherencia y nos hace libres. Aburren
los gestos repetidos, la falsa conciencia y, por sobre todo,
la negación; " sí siquiera plantó un árbol o no tuvo los huevos
para lanzar un cuchillo".
Surgen las dicotomías y allí se elige, en ese momento.
Se traiciona, se justifica y se olvida. Ahí aparece la cama, y sólo
podemos verlo completo, eso sí: tarde y con la cara cortada.

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